Seguramente ya sabrán que soy una apasionada de los negocios, pero también de la tecnología. Si combinamos ambas pasiones, se podría decir que es todo lo que tenemos dentro de Indigo. Es por eso que cuando encuentro una oportunidad de poder compartir con ustedes parte del conocimiento que tenemos como una empresa de consultoría de negocios para la transformación digital, pues atrapo esa oportunidad y no la dejo pasar.
Esta vez, quisiera comentar con ustedes un poco sobre la situación actual y cómo es que ha transformado nuestro día a día. ¿Distanciamiento social? ¿6 metros de distancia? ¿Sin contacto? Todo esto nos pasa de vueltas, tanto a ustedes como a mí, sí, una persona que está acostumbrada a tener reuniones de manera remota con su equipo, pero que de cuando en cuando disfrutaba esas reuniones semanales presenciales, en las que la interacción humana era tan reconfortante.
Todo ello nos ha hecho volvernos más creativos y ahora utilizamos herramientas que, si bien las conocíamos, o no, nunca tuvimos la necesidad de realmente vivir a través de ellas. Un caso muy curioso es cómo los negocios, a veces reacios a incursionar en el mundo digital y virtual, han tenido que adoptar esta nueva normalidad con, justamente, lo que los hacía reacios a transformarse. Era eso, o morir en el transcurso del primer mes sin abrir sus locales. Ahora vemos más e-commerce que nunca, hasta las tienditas de barrio, las que no tienen un presupuesto gigante, se las han ingeniado y venden por WhatsApp. Es que la tecnología está por todos lados. Excusas ya no hay.
Otra situación curiosa es la de los restaurantes, que ya iniciaron operaciones en sus locales atendiendo al público, pero ¿cómo atiende a 6 metros de distancia o sin contacto? Especialmente a esas personas que son como nuestras familias, las que aman tanto nuestro negocio como para arriesgarse y salir por el simple hecho de que no puede estar alejado ni un día más de nuestra experiencia presencial. Y es que el delivery es conveniente, pero que alguien te sirva un plato y te diga: “que disfrute de su comida”, no tiene comparación.
Entonces, ¿cómo es que la experiencia está cambiando? Iniciando por la carta, ahora, el ideal es tener un código QR en la entrada y en las mesas donde, al escanearlo con tu celular (que, dicho sea de paso, ya es smart, sea la marca que sea) puedas ingresar y ver todas las opciones de plato que tiene el restaurante disponible. Es increíble. Y mejor ni decir que, es a la vez, demasiado conveniente.
Esta experiencia se va traduciendo poco a poco a los distintos ámbitos de nuestro día a día, donde empresas de banca ahora coloca tótems gigantes en sus agencias para que la gente los escanee y pueda tener toda la información necesaria sin tener contacto alguno, ni con una persona ni con un papel que ha podido ser contaminado en el ambiente en el que se encuentra.
¿Ven? La creatividad, la necesidad, los negocios y la tecnología van de la mano, siempre, solo que en tiempos de crisis esto se acentúa, y se ha buscado, desesperadamente y alocadamente, disminuir esos tabúes en los cuales: “Mi negocio no necesita aún de pasar al ámbito digital ni tecnológico, estoy bien aún”, y han sido desmantelados de un Domingo a un Lunes, donde todo se hizo negro.
Curioso, ¿no?